Vistas de página en total

sábado, 12 de julio de 2025

Prefiero mil veces un "no" que un "quizás"

A veces me pierdo en tu forma de hablar,

como si el viento dudara al soplar.

No sé si es miedo o es solo azar,

pero hay silencios que saben gritar.

  

No espero promesas que puedan fallar,

prefiero un abismo donde caminar.

Mil veces un “no”, lo puedo aceptar,

pero un “quizás” me empieza a matar.

  

Porque un “quizás” es el reino del frío,

es un café que se acaba sin hablar

Es como un tren que no sabe su vía,

es como un “te quiero” que no va a llegar.

 

Hay gestos tuyos que no sé leer,

parecen caricias, pero no lo sé.

No quiero quedarme sin saber por qué

me haces temblar si te vas, y si vas a volver?

 

No hay mapa que diga por dónde seguir,

si nunca supimos si era bueno venir.

Yo ya he vivido, y tú por descubrir,

pero hay espejos que saben mentir.

 

Porque un “quizás” es el reino del frío,

es un café que se acaba sin hablar

Es como un tren que no sabe su vía,

es como un “te quiero” que no va a llegar.

                    

No te quiero invadir ni pedirte perdón,

si el fuego es mutuo, no hace falta razón.

Sé que es absurdo, y hasta sin solución,

pero hay miradas que son pura pasión

  

Tu y yo somos dos rayos de un mismo Sol

Que no quieren quemarse por miedo al dolor

Pero es que ya no puedo vivir sin tu calor

Porque cuando apareces mi mundo es mejor

  

Porque un “quizás” es el reino del frío,

es un café que se acaba sin hablar

Es como un tren que no sabe su vía,

es como un “te quiero” que no va a llegar.

 

Porque un “quizás” es el reino del frío,

es un amor que no quiere empezar.

Pero yo sigo soñando contigo…

aunque ya sepa que tú no vendrás.

martes, 3 de junio de 2025

Todo lo que toco

 

Cada día me enamoro de algo nuevo al caminar,

una risa, una mirada, un reflejo en un cristal.

Me detengo en cada esquina con temor a continuar,

porque todo lo que toco se me acaba por escapar.

 

Me emociona lo pequeño, lo que nadie quiere ver,

el silencio de una tarde, una sombra al atardecer.

Pero todo lo que encuentro, sin querer, lo hecho a perder,

y me voy quedando solo sin saber muy bien por qué.

 

Y es que paso por la vida

como un niño sin abrigo,

me deslumbra cada cosa

pero nunca está conmigo.

 

Y aunque amo con el alma,

nunca acabo de entender

por qué todo lo que amo

es lo mismo que he de perder.

 

Me enamoro del aroma de la lluvia en el papel,

de los libros que no leo, de canciones que olvidé.

Y aunque a veces me resguardo de volverme a ilusionar,

siempre caigo en la trampa de querer y de soñar.

 

Hay momentos que atesoro sin que nadie lo sabrá,

un suspiro entre la gente, una flor en soledad.

Pero cada despedida se me clava sin piedad,

como heridas que no sangran, pero duelen mucho más.

 

Y es que paso por la vida

como un loco sin remedio,

me enamoro del instante

y me rompo en el silencio.

 

Y aunque intento ser más fuerte,

no me sé proteger

de perder lo que descubro

y jamás podré tener.